Incendios


Le dije a mamá que iría en el coche de la tía Julia. Y a la tía Julia que viajaría con el tío Ismael. Fue fácil engañarles. Andaban todos de cabeza recogiendo aprisa nuestras cosas. Ahora la casa está vacía. Echo de menos a Mishi y a Sultán. Aunque comprendo que también había que salvarles. Lo que me duele es que nadie pensara en Estrella Errante, mi caballo. Cuando le advertí a papá que no podíamos dejarle en el patio, se burló de mí. ¡Que cómo iba a meter un limonero en la furgoneta! Y que la culpa era del abuelo por ponerme siempre esas viejas películas de Yon Güein. Pero no le voy a abandonar. Yon Güein nunca lo haría. Y yo soy un auténtico vaquero. En cuanto el fuego corra entre las calles del pueblo, treparé por el lomo de Estrella Errante, subiré a su rama más alta y me agarraré fuerte a su crin. Somos tan veloces que las llamas no podrán alcanzarnos. Cabalgaremos juntos sobre tierras quemadas. Día y noche sin parar. Hasta que encontremos un lugar donde caiga la lluvia y crezcan los pastos. Como antes.













Foto: Bertknot

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